No es un secreto la política (o el modelo) que lleva a cabo Florentino Pérez en el Real Madrid. La repitió hasta la saciedad hace unos meses en casi todos los medios de comunicación españoles. Su idea es muy clara: invertir en jugadores que, en principio, generan grandes ingresos al club para, de esa forma, sustentar económicamente a una entidad que, de otra forma, se vería abocada a la desaparición. En primer lugar, está por ver que esa teoría sea cierta. Y en segundo, tampoco queda muy claro que sea la más adecuada para lograr el éxito deportivo. Los números están al alcance de todos, así que cada uno puede sacar sus propias conclusiones.
Con Gareth Bale se ha cumplido la premisa a pie juntillas: Florentino Pérez ha invertido en torno a 100 millones de euros del Real Madrid en el fichaje del galés, cuyo potencial económico, al parecer, es muy grande. Mayor, se entiende, que el de Ozil, que fue fichado por 14 millones y, tras un excelente rendimiento deportivo (y con margen de mejora a tenor de su edad) será vendido (a falta de confirmación) al Arsenal por una cantidad cercana a los 50 millones de euros. No queda claro si el traspaso del alemán, uno de los jugadores más talentosos de la plantilla, responde a un movimiento deportivo o, por el contrario, se trata de la operación más rentable de cuantas podía hacer el presidente.
¿Tiene eso importancia dentro del modelo económico-deportivo que aplica el Real Madrid? Yo entiendo que no. El mismo día de la llegada de Bale y la venta de Ozil se ha producido la salida de Kaká, cuyo regreso a Milán se ha llevado a cabo en las siguientes condiciones: los italianos pagan 0 euros al Real Madrid, el brasileño se reduce la ficha a la mitad y de esa manera vuelve al equipo que lo vendió a los blancos hace 4 años por 68 millones. Lo hace, además, tras un escaso, por no decir nulo, rendimiento deportivo (que no económico, según el presidente). Coincidencias del cierre de mercado.
Los lunes al Blog 
Quiero pensar que se ha querido ir él y ha forzado al club a abrirle al puerta, porque no hay duda que es un gran jugador (algo intermitente pero con mucha, mucha calidad).- Ha tenido que ver que el entrenador confiaba mucho en Isco y que peligraba su indiscutibilidad. Para mí sorpresa. Lo de Kaka se esperaba y creo que es positivo para que deje sitio a Jesé y Morata.
Me parece que no. Él no quería irse pero, viendo el panorama, optó por aceptar la oferta que llegó por él, aunque su prioridad era quedarse. Yo no le hubiera dejado marchar, pero el Madrid tiene tan buenos jugadores que, a lo mejor, no se nota demasiado.